El mercado anticipa un incremento en la demanda de divisas desde septiembre, a pesar de que el Gobierno alcanzó un superávit de 14.151 millones de dólares. Los incentivos comerciales, junto con la reducción del impuesto PAIS, impulsarán el ingreso de bienes de consumo, lo que generará mayor presión sobre los dólares oficiales.
Tras la caída más significativa de importaciones del año en agosto, con una baja interanual cercana al 30%, el Gobierno ha flexibilizado las políticas comerciales. Esta medida, junto con la reducción del 10% del impuesto PAIS, está destinada a reactivar la demanda de importaciones que se había rezagado.
El Banco Central (BCRA), por su parte, ha reducido de 90 a 60 días el plazo de acceso al mercado de cambios (MULC) para el pago de bienes suntuarios y automóviles, lo que refleja una mayor apertura en el control de divisas. A su vez, la Secretaría de Comercio ha facilitado la importación de bienes de consumo clave como bicicletas, acero, aluminio y otros materiales estratégicos.
En este contexto, Eduardo Rotbard, titular de IntegraComex, destacó que las solicitudes de importación en el Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI) han mostrado una tendencia creciente en los últimos meses, reflejando un incremento en la demanda de bienes de consumo. Según su análisis, las pequeñas y medianas empresas (pymes) han retrasado la oficialización de importaciones hasta septiembre para aprovechar la reducción del impuesto PAIS.
El impacto de estas medidas se verá reflejado en una mayor presión sobre las finanzas públicas. Aunque el superávit de agosto, cercano a los 2.000 millones de dólares, es una buena noticia, los expertos señalan que se debe en parte a la baja actividad económica y a la disminución de las importaciones.
A medida que el Gobierno continúa flexibilizando las restricciones al acceso a divisas, es probable que las importaciones aumenten progresivamente, lo que podría generar tensiones en el manejo de las cuentas oficiales hacia fin de año.
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